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El secreto para potenciar cualquier relación


En cualquier tipo de relación, es importante priorizar los valores personales que faciliten el lenguaje y la comunicación. Sin embargo, las decisiones que tomamos dentro de nuestras relaciones también generan un impacto en su curso y evolución.


El respeto, la empatía, la lealtad y la solidaridad son algunos de los valores que ayudan a equilibrar las conductas y las situaciones al incorporarlos de manera constante en nuestras relaciones. Pero existe una conducta específica que desde el momento en que tomamos la decisión de realizar o mejor de evitar, sirve de trampolín para impulsar o potenciar cualquier relación. Evitar la crítica es esta conducta, y en las siguientes líneas te explicamos cómo usar esto de forma adecuada para favorecer cualquier relación.

Por lo general, la crítica es una acción agresiva para quien la recibe. Aunque existan críticas fundamentadas en la corrección y en querer ayudar al otro, es fácil caer al otro lado y pasar de intentar hacer una crítica constructiva a que la otra persona nos vea como alguien muy crítico o como una persona criticona. Por lo tanto, seguramente habremos herido la susceptibilidad de la otra persona e incluso llegar a ofenderla.

Tampoco te decimos que evites completamente corregir a otras personas o no tener tu punto de vista frente a cualquier situación, pues esto es distinto y en realidad puedes hacerlo, pero será necesario utilizar una técnica que te ayude a evitar cruzar la delicada línea que existe entre una crítica constructiva y una ofensa sutil.

En principio, ten en cuenta que no todo es criticable, y si lo que quieres es conservar una relación del tipo que sea, siempre que realices alguna crítica tienes que anteponer la empatía y el respeto al otro. Si decides expresar una crítica debes ser cauto y saber principalmente cuándo hacerla, ya que contar con el momento oportuno es crucial.

Las mejores técnicas a aplicar al momento de hacer una crítica se basan en una metodología que involucra un tono de voz adecuado y un manejo asertivo que te permitan criticar sin herir al otro. Una de las técnicas mejor conocidas es la Técnica del Sándwich.


La Técnica del Sándwich es una técnica que es frecuentemente utilizada por líderes de todo tipo de empresas, y consiste en explicarle en primer lugar a la otra persona los puntos positivos que tiene respecto a la actividad o tema del que vas a hablar (esta sería la primera capa de la conversación o del sándwich que estaríamos armando). En el centro vamos a decir lo que la persona ha hecho o ha dejado de hacer, pero nunca hables de la persona (carácter o personalidad) en sí misma, ya que esto provocaría una acción de defensa por parte del otro. Para finalizar, terminaríamos expresando los sentimientos positivos que nos generaría una acción de mejora por parte de esa persona con la que estamos hablando, es decir, que le diríamos cómo nos sentiríamos si cambiara o mejorara la situación sobre el tema en cuestión.


Apliquemos esta técnica con un ejemplo sencillo:

Situación: Tu hermana menor ha tomado tu ropa sin consultarlo antes contigo.

Técnica Sándwich 1era capa. Hablas con tu hermana y le dices primero (según cada caso):

"Sé que tu no tienes problema en que compartamos la ropa y que tenemos un estilo o gusto de ropa muy similar".

Este sería un comentario positivo aplicando la empatía.

Técnica Sándwich 2da capa.

"Sin embargo, yo tengo problemas para usar mi ropa con libertad cuando la utilizas sin mi consentimiento".

Evita usar las palabras "siempre", "nunca" y "nada" como referencia a lo que la otra persona ha hecho o dejado de hacer.

Técnica Sándwich 3era capa. "Si me consultaras antes de usar mi ropa o si me la pidieras prestada, seguro llegaríamos a un acuerdo y yo me sentiría más tranquila porque así también puedo organizarme".

Otra opción sería "me sentiría mejor si no utilizaras mi ropa porque para mi es importante conservarla, y teniendo un doble uso es más probable que me dure menos tiempo".

Es importante comprender que esta técnica no va a solucionar el problema original, pero tampoco va a generarte un segundo problema tensando tus relaciones desde el principio y generando un conflicto que podría evitarse al dar tu opinión de una forma adecuada.


Por otra parte, no te preocupes si hasta este momento nunca habías escuchado esta técnica o si solías o sueles ser bastante crítico(a). Por lo general, las personas no sabemos criticar y eso es parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, podemos corregir este hecho aplicando las formas adecuadas.

También recuerda que el tono de voz es fundamental. Usar un tono de voz conversacional y amoroso ayudará a limar asperezas. El hecho de que sintamos enfado no nos da el derecho de lastimar verbalmente a las demás personas.

Dirige siempre tu crítica a la conducta de la persona, no a la persona. Decir las cosas de forma agresiva no nos dará mayor autoridad ante a la situación. Al contrario, cuando somos empáticos y asertivos, los demás tienden a comportarse de forma complaciente en retribución al esfuerzo que hemos hecho en tratar adecuadamente a la otra persona.

Las críticas no solo ofenden momentáneamente, también pueden dañar la autoestima de la otra persona. Ser excesivamente sincero no es una virtud, ya que puede rozar con la mala educación.


Consejos adicionales:

1. Reflexiona sobre lo que haya sucedido antes de lanzar una crítica.

2. Elige bien tus batallas, no todo puede ni tiene que ser criticado. La crítica podría ser innecesaria, por ejemplo si es una situación que no volverá a suceder.

3. Si la situación es susceptible de que se repita y te afecta, puedes aplicar la técnica que hemos tratado en este artículo para explicar la situación y ayudar a que se corrija.

4. Cuando lo que intentas es brindar un consejo o una recomendación a alguna persona en particular, lo mejor que puedes hacer es preguntarle primero a esa persona si te permite brindarle ese consejo.

5. Respeta todas las formas de pensar, de actuar y de sentir cuando no afectan a tu integridad ni tu vida corre algún peligro.

6. Evita repetir las cosas, ya que al decirlo brevemente y una sola vez es más probable que nuestro interlocutor acepte el hecho que tratamos de explicarle.

7. Si quieres algo, pídelo. Las demás personas no podrán conocer tus necesidades de otra manera.

8. Desintoxícate olvidando el pasado, ya que traerlo a colación solo contamina el momento presente en el que estés dialogando.

9. Cuando la conversación se encuentre en un momento de tensión o de estrés alto, lo mejor que puedes hacer es parar porque la ira no servirá para solucionar el conflicto, solo para agrandarlo.


Recuerda que los juicios de valor y los reproches son la tumba del amor, en cualquier relación. Esperamos que este artículo te sea de gran utilidad. Déjanos en los comentarios tu opinión acerca de esta técnica y cómo la aplicarías en diferentes situaciones.




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