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El Autoconocimiento en la imagen personal



Cuando hablamos de imagen personal nos referimos tanto al aspecto físico de cada persona como a las sensaciones que nos genera su manera de actuar (caminar, hablar, reírse, gesticular, moverse e incluso los hábitos que la caracterizan), transmitiéndonos cierta idea sobre quien está frente a nosotros.


Es común que surjan algunas dudas alusivas a cómo empezar a mejorar nuestra imagen personal. En el mundo de la moda no se suele abordar de forma directa este interrogante por lo que es habitual encontrar información con datos muy generales, aunque válidos para cualquier individuo. Esto se debe a que la respuesta requiere un análisis del estilo, los gustos, la fisiología corporal y los hábitos de cada persona (entre otros aspectos), por ende ¿qué mejor experto y conocedor de nuestra imagen física e interna que nosotros mismos?


El autoconocimiento es el punto de partida por el que deberás comenzar porque cumple un papel fundamental a la hora de mejorar nuestra imagen, por lo cual esta será la primera tarea que debemos desarrollar antes de iniciar la búsqueda del lugar y la persona que nos ayude a encontrar nuestra mejor versión, e incluso antes de utilizar las ayudas que podemos obtener por medio de la belleza, la estética, la moda y el estilismo, que bien utilizadas son grandes aliados, pero sin el conocimiento pleno de nosotros mismos pueden discrepar con nuestros verdaderos objetivos.


Para empezar el camino del autoconocimiento lo primero y lo más importante es identificar aquellas áreas de nosotros que mejor nos hacen sentir. Aléjate del autoconocimiento en negativo, ya que comenzar por lo que no te gusta o no aceptas de ti, te puede hacer caer en otros aspectos negativos sobre la imagen como por ejemplo: las comparaciones, la autocrítica, la autoinvalidación, etc.


Es común que nos centremos en los aspectos negativos y tratemos de compensarlos sin considerar lo positivo, lo que muchas veces conlleva a caer en algunos de los siguientes errores de la imagen:


  • Pasar por alto nuestras las cualidades

  • Resaltar en exceso las cualidades reflejando una apariencia exagerada y poco natural

  • Mostrar una imagen que en muchos casos no tiene que ver con lo que somos en realidad Disimular nuestros defectos erróneamente

  • Entre otros.


Esto nos ha sucedido a gran parte de personas en el mundo, y aunque es común porque es parte del proceso de autoconocimiento, es importante no reincidir en ello para evitar perder la motivación en mejorar nuestra imagen personal.


Aquí es fundamental no sólo evaluar nuestro aspecto físico, pues nuestro interior debe estar unido y ser tenido en cuenta al momento de hacer estos análisis (procurando hacerlo también de forma positiva siempre), porque esto permite el reconocimiento por igual tanto de nuestro físico como de los valores y virtudes con los que contamos, a fin de equilibrar y potenciar nuestras cualidades de manera íntegra y permanente.


Conéctate contigo mism@, no tengas miedo de ponerte delate de un espejo y evaluarte con sinceridad, pero por favor ¡siempre hazlo de forma positiva!, empiezas un camino en el que la autocrítica no es un facilitador en el trabajo de autoconocimiento, y tampoco sirve de ayuda al momento de ver con objetividad las mejoras que puedes hacer en ti.


Te dejamos el siguiente esquema como guía de las áreas internas y externas a evaluar en el proceso de autoconocimiento, revísalo y personalízalo adaptándolo a ti:


ESQUEMA DE AUTOCONOCIMIENTO:

1). Puedes incluir tus habilidades, talentos y demás aspectos que te refuercen como persona, por ejemplo: dibujo muy bien, soy buena patinadora, tengo habilidades sobre las nuevas tecnologías, etc.

2). En caso de no tener claro alguno de los aspectos de reflexión, te servirá igualmente preguntar a las personas que te rodean y que mejor te conocen para complementarlo.

3). Es ideal que todo lo que apuntes sea positivo. Recuerda que estas características se basan en tus gustos y lo que te agrada de ti, no te bases en etiquetas ni en parámetros sociales.

4). No limites tu lista, si es larga será mucho mejor, también sé sincera y realista. Por cada aspecto que pongas puedes ser aún más específico, por ejemplo: el color de mis ojos, mi fuerza de voluntad para despertar temprano, soy cariñosa y especial con mi familia, etc. Esto ayuda a entender lo bueno que tenemos en nosotros mismos en detalle y no limitarnos con una generalidad.

5). Prográmate para pensar y hablar en posesivo, diciendo: soy, hago, tengo, yo, mi o mis, de esta manera consigues apropiarte de tus aspectos positivos tanto en la teoría como en la práctica.


Luego de identificar aquello que más te gusta de ti, empieza a sacarle el mayor provecho posible, aunque siendo siempre sutil, porque recuerda que el objetivo es trabajar el potencial que tienes para mejorar tu imagen. Igualmente ten siempre presente en conservar el balance entre tu yo interior y yo exterior. No dejes que la balanza se incline hacia uno de los lados, olvidando que eres un ser íntegro y que necesitas ese complemento que te permita mejorar y estar en armonía en ambos sentidos.


Más adelante publicaremos otros artículos complementarios a este tema.


Con cariño,




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