Cómo cambia el trabajo de un asesor de imagen al integrar coaching
- @Potenciatuimagenp

- 19 oct
- 2 Min. de lectura

Integrar Coaching en la práctica de la Asesoría de Imagen cambia completamente el enfoque profesional: ya no se trata solo de “vestir bien”, sino de transformar desde adentro hacia afuera.
En esta publicación te quiero compartir algunos ejemplos reales y concretos de cómo se ve esta diferencia en la práctica:
1. Del diagnóstico estético al autoconocimiento.
Antes: el asesor de imagen analizaba el tipo de cuerpo, colorimetría y estilo para recomendar ropa que “favoreciera”...
Con Coaching: el profesional graduado de la Especialización en Coaching de Imagen primero explora cómo la persona se percibe a sí misma, qué emociones tiene hacia su cuerpo y qué quiere proyectar realmente.
Ejemplo real: Una clienta que rechazaba usar faldas porque “no tenía piernas bonitas”, descubre en sesión de coaching que eso viene de comentarios familiares que alguna vez le han hecho. Trabajar esa creencia le permite usar prendas que antes evitaba y sentirse auténtica.
2. De aconsejar a acompañar.
Antes: el asesor decía qué debía usar o evitar.
Con Coaching: el profesional guía al cliente a encontrar su propio estilo, haciendo preguntas poderosas y fomentando decisiones conscientes.
Ejemplo real: En lugar de decir “ese color no te queda bien”, el coach pregunta:
“¿Cómo te sientes cuando usas ese tono? ¿Qué crees que comunica de ti?”
El cliente aprende a leer su propia imagen.
3. De imagen externa a coherencia interna.
Antes: el objetivo era proyectar una buena impresión.
Con Coaching: el propósito es alinear la imagen externa con la identidad y valores personales.
Ejemplo real: Un ejecutivo con un estilo formal descubre que su liderazgo es más inspirador cuando adopta un look más cercano y relajado, coherente con su forma de relacionarse con su equipo.
4. De resultados estéticos a resultados sostenibles.
Antes: los cambios se notaban en la ropa o el maquillaje.
Con Coaching: los cambios se sostienen porque vienen de la autoconfianza y la claridad personal.
Ejemplo real: Una clienta deja de gastar en ropa impulsivamente porque aprende a comprar desde su propósito y no desde la inseguridad.
5. De servicio de imagen a proceso de transformación personal.
Antes: las sesiones eran consultorías puntuales.
Con Coaching: se convierten en un proceso con objetivos medibles y evolución emocional. Ejemplo real: Un programa de “Imagen y propósito” incluye sesiones de visión personal, bloqueos de autoimagen, redefinición de estilo y comunicación auténtica — no solo shopping o colorimetría.
En resumen, integrar Coaching en la Asesoría de Imagen: Transforma la práctica de “cambiar la apariencia”, en el arte de revelar la mejor versión de la persona.
Si quieres saber cómo hacerlo puedes acceder al siguiente enlace: Especialización en Coaching de Imagen



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